Aún no hemos acabado nuestro periplo por el Levante, que se está prolongando un par de días, con gran satisfacción nuestra. Las conexiones a internet en los hoteles son erráticas y el tiempo poco, así que mientras voy apuntando cosas y haciendo fotos, os dejo este post que tenía ya preparado.
En nuestros casi mensuales viajes arriba y abajo por la Ruta de la Plata, a veces paramos a hacer noche, normalmente en Salamanca, ya que está justo a mitad de camino y es siempre bonita. Además, cómo podemos si no comernos una tapa de Callos y morros como la que ponen en Tapas 2.0?
En Salamanca también solemos parar para reponer las provisiones de papada curada, que encuentro en el Mercado Central a muy buen precio.
Cuando viajamos sólo Jorge y yo, solemos escoger la opción más práctica y barata, el Ibis: al lado del centro, habitación espartana pero esencial, precio entre 39 y 49 euros. Sin embargo el pasado diciembre íbamos también con León y Linus, y no había opción de habitación cuádruple allí. Encontramos lo que necesitábamos en las afueras de la ciudad, el Tryp Montalvo.
La habitación es una doble normal, bastante amplia, donde se aprovecha una entrada muy ancha para la litera de los niños. Grande y cómoda, tiene pequeños detalles que los dejan encantados, como las fundas de las almohadas con dibujos bordados, o el cartel de una película infantil que les gusta mucho.
Lo que nos sacó un gran “¡Oooh!” fue lo que nos encontramos al entrar a la habitación a la vuelta de visitar la ciudad: una bandeja de chuches de todos tipos. No estoy a favor de dar (muchas) chucherías a los niños, pero fue un detalle inesperado y sencillo, que hizo que nos metiéramos en cama con una sonrisa aún más amplia.
Como si todo esto no fuera suficiente, el wifi era incluído en el precio (y funcionaba bien). Todo un hito, cuando aún muchos hoteles de cuatro y cinco estrellas te cobran hasta 15€ por una conexión malucha.
Aunque el hotel esté fuera de la ciudad, en un polígono bastante feo (como cualquier polígono, vamos), el comfort de la habitación, los detalles, y el precio (¡87€ la cuádruple!) hacen que sea una opción a tomar muy en cuenta si se viaja con niños a Salamanca.
